Podría decirse, al trabajar con nuestro cuerpo, y comparándonos con ellos
que somos como los deportistas de élite. Necesitamos nuestro cuerpo en perfecto
estado y en óptimas condiciones para poder afrontar con garantías las muchas
horas que dedicamos a lo largo de la semana al estudio de la viola. Por ello, y
siguiendo con la comparación deportiva, nos vamos a imaginar a un jugador de
fútbol profesional, o aún no profesional, pero que en un futuro próximo podría
llegar a serlo.
Seguramente, este jugador de fútbol no tendría la brillante idea de salir a
entrenar sin realizar una serie de calentamientos – estiramientos previos a
la realización del ejercicio físico y
menos aún se le ocurriría jugar un partido sin hacer los mismos ejercicios. No
puedo ni imaginar el enfado del entrenador si llegara a ver esta situación.
Pues bien, esta situación, trasladada a la música y a nuestro campo, a la
viola y a los instrumentos de cuerda en general, suele ser una muy mala
costumbre que sucede a diario en cada aula, en cada habitación de estudio y
cómo no, en cada sala de conciertos.
Por ello, esta entrada de hoy la quiero dedicar a enseñaros una serie de ejercicios para
aprender a calentar y estirar las partes de nuestro cuerpo que más sufren con
nuestra práctica instrumental: cervicales, espalda, muñecas y hombros y así poder evitar lesiones típicas de nuestra práctica instrumental como contracturas y tendinitis.